¿Cuántas veces pensaste “¿por qué a mí?” o “¡no es justo!”? ¿Cuántas
veces te dijiste a vos mismo “¡todo esto es una mierda, me quiero ir de acá!”?
¿No fuimos nosotros mismo los que dijimos en una misma oración “¡todo puede ser
mejor! y ¡que h de p, mira lo que hizo!”?
La vida puede que nos haya sido fácil o nos haya dado palo tras palo.
Puede que estemos peleados con alguien a quien queremos con toda el alma, puede
que tengamos al lado a una persona a la que no podemos ver, que no aguantamos,
pero que necesitamos, o incluso puede ser que los que amamos ya no estén físicamente
con nosotros.
Tantas cosas pueden ser.
Tantos escenarios pueden existir.
Están los que creen que todo esta escrito, que nuestros destinos están
echados y que no importa lo que hagamos ya todo esta dicho.
Hay quienes solo creen en el libre albedrío, en crear nuestra propia
suerte, y hay quienes piensan que ambas opciones son posibles; que creen en un balance
de ambas a lo largo de nuestra vida.
Yo, personalmente me posiciono en el segundo grupo, creo que uno es artífice
de su propio destino
Ahora bien, y si dejamos de mirar introspectivamente y miramos un poco
al que tenemos al lado. ¿Cómo es esa persona? ¿Somos capases de describirla?
¿La conocemos?
Desde hace meses que nos importan los debates de si gana uno o el otro
en política, si uno es oligarca, de derecha y el otro se preocupa por el
pueblo; o, si uno es un chorro, que afano hasta el hartazgo y el otro viene a
dar libertad de prensa, a ajusticiarlos. Nos preocupamos de si un programa
cómico ridiculizo a una figura importante de una manera completamente
despectiva e impensable, escuchamos las críticas los sábados a la noche, los Domingos
al mediodía, y vemos cuánto se robo al pueblo los Domingos a la noche. Otros
ven fútbol todo el día, pensando si River o Boca gano, o sí se jugo o no el clásico
de Avellaneda.
Sería bueno parar un minuto en nuestras vidas y apreciar lo que tenemos
y no tan solo, añorar lo que no.
Mirando a nuestro alrededor, podemos observar que hay cosas peores de
las que nos han ocurrido a nosotros mismos.
Yo por ejemplo, me acuerdo de la impotencia, la rabia y frustración que
sentí un día que me robaron. Me acuerdo perfectamente que pensaba: “¿que? No,
me están robando, esto es mío (refiriéndome a mi cartera con mi libros de
estudio adentro), ¡Salí de acá pedazo de H de P!” Luego, cuando me calmé, llego
la impotencia y la tristeza, no tenia nada de valor para otros, pero si de
valor para mí, como una foto de mi papá que ya no esta conmigo. Impotencia y
rabia pensando ¿que podríamos hacer mejor con el país que tenemos para que
cosas así no ocurrieran.?
Hay gente que hace chistes de valijas llenas de dinero escondidas en
conventos, mientras otros tiran piedras a autos de personajes políticos a los
cuales no quieren en el poder.
Hay quienes eligen izquierda, otros derecha, ¿y el centro y el balance?
¿Donde quedo el respeto al otro, la aceptación de las diferencias? ¿Dónde quedo
el ir de frente y no dar apuñaladas por la espalda? ¿Dónde quedo el confiar en
la palabra del otro y no tener que dejar todo por escrito?
Ahora yo pregunto ¿hay una grieta en nuestro país? ¿Se pelean por
ideologías amigos con amigos, hermanos con hermanos, padres con hijos?
No lo sé y tampoco voy a intentar encontrarle una respuesta, ya que es
un tema muy espinoso. Mi objetivo escribiendo esto, es centrar nuestra atención
a otros temas de importancia.
El otro día pude escuchar un par de canciones que me hicieron pensar
sobre varias cosas, pero por sobre todo en el egoísmo y excentricismo de los seres
humanos. Mientras nosotros despotricamos contra unos y otros, (supuestamente en
nombre de la patria) hay quienes con el frió del invierno duermen y mueren en
la calle, hay quienes pierden sus casas (o incluso la vida) por guerras o
desastres naturales, hay quienes lo arriesgan todo por un atisbo de algo mejor,
hay quienes eligen matar y morir por un Dios u otro, sin nosotros entender el
motivo de su accionar.
“Yo soy Igual a ti, tu eres Igual a mi”[1]
dice Diego Torres en una de sus canciones o también “si cada lagrima te hace más
fuerte, muerde la vida con uñas y dientes…. Si cada piedra marca tus rodillas,
si la ilusión se convierte en cenizas, hoy puede ser, que todo empieza a cambiar,
y lo mejor está por llegar”[2]
Alicia Keys dice: “…. Hablemos de lo que nos toca, mi corazón, el tuyo.
Hablemos, hablemos acerca de vivir, que tenemos suficiente de morir…. Demos más,
perdonemos más; nuestras almas se unen para que podamos amarnos entre nosotros…”[3]
Así sucesivamente, si nos ponemos, podríamos encontrar miles de
canciones que hablan de temas parecidos; pero el fin es el mismo; aferrate a la
vida, no pierdas el tiempo en boludeces, sin apreciar lo que ya tenés. Mira a
tu alrededor, cambia tu mundo para mejor, y si la peleas, hacelo con
honestidad, de frente, con el corazón y diciendo “acá estoy yo, esto es lo que
soy”
Guerras en todo el mundo, atentados terroristas, refugiados de la
violencia que perdieron todo, gente que lo deja todo en medio del mediterráneo
por el sueño de un mundo mejor. Discusiones
y acusaciones por diferencias políticas, pobreza, hambre e ignorancia. Tanta
mierda y en medio de eso…los seres humanos, nosotros, intentando vivir como
podemos. Como dijo el periodista Alfredo Leuco el lunes 15 de agosto de 2016 en
su columna de la radio: “…para morir bien hay que vivir bien. Que cada minuto
valga la pena. Que no aflojemos nunca en la batalla por ser felices y hacer
felices a nuestros semejantes. Solo se trata de vivir bien para morir lo más
sano posible. Sólo se trata de vivir, antes de que sea demasiado tarde para
lágrimas.”[4]
[1] Iguales de Diego Torres
[2] La
vida es un Vals de Diego Torres
[3] “Let's talk about our part. My heart to your heart. Let's talk
about, let's talk about living, had enough of dying; Not what we all about. Let's
do more giving, do more forgiving, yeah. Our souls are brought together, so
that we could love each other, sister” Fragmento de la canción We Are Here
de Alicia Keys.
[4] Vivir
bien, Columna de “Le Doy Mi Palabra”, Alfredo Leuco,
15/18/16.